iconfinder-twitter-1519362 iconfinder-blogger-1519374 iconfinder-instagram-1519369 iconfinder-tumblr-1519366

viernes, 28 de septiembre de 2018

Face your insecurities.

Dear insecure girls everywhere:
 you're not ugly, society is.


Mis inseguridades me hacen sentir como si fuera lo más pequeño e insignificante del planeta. Siento que todo el mundo me mira, se ríe de mí o me juzga. No es fácil vivir con ellas pero tampoco puedes vivir en contra de ellas o te harás más daño que otra cosa.



Dejé de llevar vestidos cuando tenía unos once o doce años, quizás antes incluso. Juzgaba a las chicas que veía con ellos por la calle, simplemente para engañarme a mí misma, para esconder mis propias inseguridades: mis piernas y mi estómago. 

Ni soy alta ni delgada así que no me veía bien con vestidos o faldas y como yo no podía, me daba muchísima rabia que otras chicas lo hicieran y, encima, se vieran tan bien con ellos. Pensando en esos años me río de lo equivocada que estaba entonces, pero las cosas no eran fáciles tampoco, así que no me culpo.



Me gusta mirar los escaparates y fijarme en los detalles de cada maniquí. Siempre me fijaba en los vestidos: diferentes colores, formas, estilos.... pero siempre acababa pasando de largo porque sabía que no me iba a poner uno nunca. Mi mente con los años ha ido cambiando y cuando uno se hace mayor, una parte de su mente se obsesiona con las inseguridades y a la vez a otra parte le empieza a dar igual lo que digan los demás (aunque siempre hasta cierto punto, en mi caso).

Hace tres o cuatro años me decidí a ponerme un vestido de nuevo. Desde que lo vi en el escaparate y después en mí, me enamoré por completo: hay que decir que en los probadores siempre se ve todo mejor así que estaba muy escéptica pero aun así di el paso y lo compré. Me acuerdo que me lo probé en cuanto llegué a casa y me acerqué al espejo temorosa. Alcé la vista y ahí estaba yo, con mi vestido puesto y mi pelo despeinado. Me miré y me miré y no me podía creer que estaba encantada con el resultado.

Ese momento me animó a mirar más y a probarme más y poco a poco creé algo de seguridad donde no la había. He de reconocer que sigo dando mil vueltas antes de decidirme a comprarme un vestido, más que de costumbre pero intento buscar la confianza y la comodidad que me da esa prenda cuando la llevo puesta sin pensar en si mis piernas se ven feas, o si son muy grandes o cualquier cosa que pueda pasar por mi mente en ese momento.




Gracias al paso que di años atrás, ahora disfruto llevando vestidos, faldas o shorts. Y a pesar de que aproveche cada espejo o escaparate para echarme un ojo y ver si todo está bien, estoy contenta con el resultado y eso es lo más importante, ¿no?





Raquel M.

domingo, 16 de septiembre de 2018

Travel far enough you meet yourself.


"Is that all your luggage?" 
"No, that's my carry-on."

¿Quién no ha tenido ese problema alguna vez? ¿O siempre? Porque yo lo tenía siempre que me iba de viaje hasta que aprendí a organizar mi maleta y a saber qué poner en ella.

Cuando viajamos, sin importar el destino, tendemos a querer llevarnos toda la ropa que más queremos para no equivocarnos a la hora de vestirnos. Con la consecuencia de tener ropa para un mes y no para una semana como deberíamos (o incluso días).

Culpable.

Siempre he tenido problemas en el aeropuerto por sobrepeso de la maleta de mano porque no podía decidirme. 
Amo viajar, ya sea para visitar a la familia o por simple placer. Sinceramente, doy gracias que no suelo viajar sola y tengo ayuda para cerrar la maleta, porque si no, me hubiese tocado facturar una segunda y seamos sinceros, nadie quiere pasar por ahí para un viaje de tres o cuatro días.

Con este tipo de experiencias he acabado aprendiendo (nunca es tarde) a organizarme y a decidir qué realmente necesito y qué quiero realmente llevarme. Como ya dije anteriormente en otro post, los básicos se convierten en tus mejores amigos. No te dan complicaciones y lo puedes convinar con absolutamente todo. El truco está en preparar o tener en mente algunos outfits que quieras ponerte una vez en tu destino.
Pero antes que nada tienes que tener en cuenta a qué vas: ¿para descansar? ¿hacer turismo? Sea lo que sea ten presente cuáles son tus prioridades y sobretodo, que sea cómodo. Puedes estar enamorad@ de una prenda pero si no es cómoda, olvídate de ella.

Seamos realistas: con un par de tejanos puedes crear diferentes outfits, ya sean más chic o más informal. Después solo tienes que encontrar los básicos y complementos que más gracia te hagan y combinarlos. Siempre pensando en el resto de días que vayas a estar y las actividades que vayas a hacer.

Para mi último viaje fui con la maleta medio vacía siguiendo ese sistema: Dos jeans, tres camisetas básicas, un par de calzado extra y un vestido, a parte de la ropa interior, por supuesto. Después volví con la maleta llena pero eso mejor lo dejamos para otro momento ( culpable de nuevo ). Ups.






Raquel M.